jueves, 20 de noviembre de 2014

Un monólogo desde el encierro - El Topo

Cuando decimos la palabra topo, la primera imagen que viene a la cabeza es la de un animal relativamente pequeño que hace túneles. Por insistencia de los dibujos animados tiene también dos dientes blancos muy grandes asomados por encima del labio inferior y usa anteojos por estar casi ciego. En las últimas décadas, la misma palabra pero usada como apodo para humanos dio lugar a otras imágenes, como la del detective o la del informante refugiado. Cualquiera sea el caso, el estereotipo del topo incluye un ambiente oscuro y húmedo, el escaso (o nulo) contacto con el mundo exterior y por ende el encierro.
La obra El Topo fue escrita por el autor y director Luis Cano mediante una beca otorgada por el Fondo Nacional de las Artes en el año 2000. Detalla los pormenores de la vida en y por el teatro ytiene todos los clichés necesarios a la hora de contar la vida de alguien que vivió sin salir de uno.Comparte algunas de las características mencionadas anteriormente y agrega otras que bien podrían engrosar el imaginario popular topero. Un hombre que carga con una joroba al mejor estilo Quasimodo ­con quien sufre en común la desgracia de haber sido “abandonado” al nacer­ y para quién el teatro ha sido, es y será la vida misma. Seguir leyendo >

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